La ansiedad es una emoción normal que todos experimentamos en diferentes momentos. Puede ir desde una leve inquietud hasta un ataque de pánico.
La ansiedad y el pánico son causados por nuestra respuesta de lucha y huida, que produce adrenalina.
Una vez activada, esta respuesta puede causar muchos síntomas físicos desagradables, como un corazón acelerado, palpitaciones, dolores, hormigueo en las manos y los pies, mareos, falta de aliento, respiración excesiva, sensación de mareo, sequedad de boca, tensión muscular, temblores, sensación de calor y sudor, y piel de gallina.
Una vez que hemos “aprendido” que una determinada situación es peligrosa por el pánico, la mente “recuerda” este hecho para garantizar que la próxima vez que vea una situación similar pueda darnos la ansiedad ó pánico necesarios para permitirnos huir o pelear contra esta amenaza “percibida”.
Cuando no entendemos lo que nos está pasando, estos síntomas físicos pueden ser extremadamente aterradores y podemos quedar atrapados en un “círculo vicioso” de ansiedad y pánico. Podemos preocuparnos por sentir pánico en el futuro, por los síntomas que producirá, por sentirnos fuera de control y parecer tontos, y por supuesto, por preocuparnos por nuestra salud. Al evitar las situaciones que nos hacen sentir ansiosos, al principio nos sentiremos mejor, pero al hacer esto, el temor solo se reforzará en lugar de disminuir.
El Reiki para tratar la ansiedad y el pánico
Un tratamiento de Reiki es una forma fantástica de aliviar los síntomas físicos de la ansiedad, ya que las ondas cerebrales pasarán al estado alfa, lo que significa que, naturalmente, pasará a un estado de relajación profunda y calma.
Nuestros cuerpos tienen dos modos de funcionamiento: “proteger” y “reparar” para mantenernos seguros, pero solo podemos estar en un modo a la vez. Cuando nos sentimos constantemente amenazados, estresados y ansiosos, nuestros cuerpos están en modo de “protección” para mantenernos seguros.
Desafortunadamente, esto significa que mientras nuestros cuerpos nos protegen, no pueden estar en modo de “reparación”, por lo que nos agotamos, nuestro sistema inmunológico se ve comprometido y podemos comenzar a sufrir síntomas físicos y sentirnos mal.
Durante un tratamiento de Reiki, mientras te sentís seguro y completamente relajado, le damos a tu cuerpo la oportunidad de entrar en su modo de “reparación” para que pueda tener la oportunidad de reponerse y recuperarse.
Nuestros pensamientos negativos, creencias autolimitadas y sentimientos de ansiedad se almacenan en nuestros cuerpos energéticos mentales y emocionales que obstruyen el flujo de nuestra energía vital, que eventualmente se manifiesta como dolor y malestar en nuestros cuerpos físicos.
Durante un tratamiento de Reiki, estos se liberan a nivel energético, lo que ayuda al flujo de energía de tu fuerza vital para mejorar y aumentar tu sensación de bienestar en todos los niveles.
Los tratamientos de Reiki pueden “recordarnos” cómo relajarnos y todos los pacientes cuentan que al irse del consultorio se sienten mucho mejor, tranquilos y renovados.
Los beneficios inmediatos incluyen la relajación, la tranquilidad, la mejora del sueño, la digestión mejorada, la claridad y el enfoque. Además, reduce el estrés, aportando paz y tranquilidad interior.
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